Guramis
Todas las especies de guramis viven en el sureste asiático y son unos verdaderos supervivientes. Incluso en aguas muy cálidas y con escasez de oxígeno pueden sobrevivir gracias al laberinto, un órgano respiratorio accesorio que les permite respirar aire atmosférico. Les encantan los acuarios muy plantados y algunas plantas flotantes donde hacer sus nidos. Cuidan a sus crías y la mayoría de especies no son difíciles de criar en cautividad. Añadiendo JBL Tropol puede convertir el agua corriente en agua similar a la de su hábitat. ¡Así muestran realmente la viveza de su colorido! La boca súpera es signo de sus hábitos alimenticios: se comen todo lo que caiga al agua, no son exigentes con la comida. Microcrustáceos, plancton... prácticamente todo lo que encuentren. Aunque muchas veces es difícil encontrar algo: las aguas suelen ser extremadamente turbias y por eso van palpando con sus «hilos» (aletas ventrales modificadas) el entorno y el alimento. Con el paso de los años se han criado en cautividad a partir de las formas silvestres unas variedades muy bonitas que son a día de hoy más populares que la forma natural.
Probiótico/prebiótico
Los alimentos probióticos contienen cultivos bacterianos vivos para fomentar la salud, aunque esto solo funciona si se ingieren en grandes cantidades. Este tipo de alimentos, entre ellos el alimento probiótico para peces, se echa a perder con facilidad causando entonces el efecto opuesto. Existe polémica sobre sus efectos beneficiosos para la salud. Los prebióticos «sirven de sustrato a los microorganismos huéspedes de forma selectiva y son saludables». Los científicos están de acuerdo en que son beneficiosos para la digestión y, por tanto, también para la salud. En el caso de nuestros peces, también hay que tener en cuenta un aspecto esencial: gracias a una mejor digestión se producen menos excrementos, por lo que el agua se contamina menos, los problemas de algas aparecen con menor frecuencia y el agua se mantiene más limpia.