Costa Rica, primera escala
Costa Rica es un destino popular entre los amantes de la naturaleza por ser considerado un país seguro con una gran densidad de animales. Siguiendo nuestros intereses, elegimos regiones con ríos de aguas claras y de pluviselva, en las que esperábamos encontrar un número especialmente elevado de reptiles y anfibios.
La noche en la jungla
Después de nuestro corto vuelo de México a San José, la capital de Costa Rica, seguimos en autobús en dirección al nordeste. Por la tarde llegamos a nuestro campamento. En lugar de un hotel, elegimos un techo sencillo en la jungla para estar aún más cerca de la naturaleza. Después de que cada uno hubiese montado su mosquitera, hubo una cena rápida. Todo el mundo estaba deseando salir por su cuenta a la selva que nos rodeaba para buscar animales.
Nos fuimos armados de linternas. Fue fácil descubrir escarabajos, saltamontes en muda, mariposas nocturnas y arañas. Por fin, pasada una hora tuvimos razón para alegrarnos: encontramos la primera rana flecha roja y azul. 16 expedicionarios intentaron fotografiar al pequeño animal, de tan solo 3 cm de longitud, saltando en medio de la maleza por el suelo. La imagen de los 16 fotógrafos era, como mínimo, tan interesante como la rana misma. Fue interesante constatar que la rana, a pesar de sus llamativos colores, no era tan fácil de detectar en el suelo de la jungla entre la hojarasca rojiza como suele parecer en las fotos del animal que hay en los libros. También descubrimos una bejuquilla (Leptophis) nocturna en un árbol a dos metros de altura. Ella también se dejó fotografiar pacientemente. Solo cuando alguien rozó sin querer la rama en la que ella estaba apoyada, serpenteó rápidamente hasta desaparecer entre ramas más altas. Bien pasada la medianoche nos cobijamos cada uno debajo de nuestras mosquiteras aunque, a decir verdad, la cantidad de mosquitos no era exagerada.
Para madrugadores
Ya a las 5 de la madrugada se acabó la corta noche. Entonces nos fuimos de excursión a pie para avistar aves por la mañana temprano. Si lo recuerdo bien, ¡en esta excursión no vimos NINGÚN ave! Pero daba igual: caminar por la selva tropical por la mañana siempre es una experiencia intensa en plena naturaleza que nadie se quiere perder. Después del desayuno nos volvimos a ir por los alrededores del campamento. Vimos más ranas flecha rojas y azules, y también encontramos muchas otras especies de rana. La más bonita fue una rana de cristal que saltaba valiente por encima de la cámara de Ludwig, nuestro médico de la expedición.
Nuestro equipo se dividió entonces en dos grupos: un grupo se fue de excursión por la selva tropical hasta una catarata. El otro grupo se quedó en el río por debajo del campamento para hacer snorkel y observar peces allí. A las 9:00 h de la mañana, la temperatura del aire ya era de 27 °C con una humedad relativa del 77 %. En el agua clara del río pudimos ver cíclidos durante la cría y muchos peces vivíparos. La temperatura del agua parecía tan fría como en el Ártico, ya que era de tan solo 21,4 °C. El agua del arroyo era muy blanda y no presentaba ni GH ni KH. La conductividad era de 35 µS/cm con un valor del pH de 7,68.
Hacia la catarata La Fortuna
Después de una noche en el Catarata Eco Lodge al pie del volcán Arenal, el cual ha estado inactivo desde el año anterior, estuvimos explorando un pequeño tramo del arroyo por debajo del Lodge, antes de subir varios cientos de escalones hacia la catarata La Fortuna. Como era costumbre en nuestro equipo, Jens fue el primero en tirarse a la corriente fría del río que seguía fluyendo a partir de la catarata. En cuanto Jens avisaba de que había peces desconocidos, entonces Heiko también se tiraba al agua. Especialmente interesante fue una especie grande de gobio que buscaba algo que comer por el suelo arenoso. Sebastian y Heiko analizaron los parámetros del agua: 22 °C, 100 µS/cm, GH 2, KH 3, pH 7,99, Fe 0 mg/l. A algunos les desmotivaba la medición del pulso que nuestro médico hacía al subir los escalones. La media estaba en pulsos entre 120 y 170. Solo el gerente de JBL Roland Böhme hizo dudar un poco a nuestro médico en su capacidad para medir el pulso: ¡tenía uno de 69! ¿Qué clase de ejercicios hace todo el día en su despacho para mantenerse en forma?