JBL pH-Control: Al encender el difusor de CO2 se producen a menudo burbujas de forma intermitente y brusca, de modo que los peces se asustan. Después se vuelven a formar las burbujas de la forma deseada.
Cuando se apaga la válvula electromagnética del controlador, la presión del equipo entero se mantiene desde la bombona, pasando por el regulador de presión y los tubos hasta la válvula electromagnética. Al abrir esta, lo primero que ocurre es que se libera la presión del sistema, y después el equipo continúa funcionando como de costumbre.
Esto se puede reducir/evitar disminuyendo la presión de trabajo de su regulador de presión. Con nuestros reguladores de presión nuevos, esto se puede hacer con una llave Allen debajo de la tapa negra.
¿Es compatible el regulador de presión JBL ProFlora u001 con las bombonas desechables de la marca Dennerle?
No, no son compatibles ya que las bombonas desechables tienen una rosca diferente a la de los reguladores de presión JBL ProFlora u401.
¿De dónde vienen mis algas?
Los problemas de algas en el acuario nunca se deben a un único factor o condición, sino que siempre se deben a una mezcla de diversos factores, entre los que se cuentan la luz, la fertilización, el cambio de agua (en concreto cuánta y con qué frecuencia), la alimentación, la cantidad de animales y, por supuesto, los parámetros del agua concretos.
Según unos análisis realizados durante años, las algas rojas, al menos las clásicas cladophoras y las rodofíceas, aparecen con los siguientes parámetros en orden descendente:
1) Demasiado poco dióxido de carbono (en el 100 % de los acuarios analizados): el valor del pH debería tender a ácido dependiendo de la dureza de carbonatos.
2) Nivel de fosfatos elevado (más del 90 %): en tal caso resulta útil limitar el fosfato empleando JBL PhosEx ultra.
3) Fertilización insuficiente e irregular (hierro debería ser siempre cuantificable al menos en trazas).
4) Cambios de agua insuficientes: en caso de problemas de algas, es recomendable cambiar cada semana más del 30 % del agua.
5) Demasiado pocas plantas de crecimiento rápido.
¿Es peligroso el dióxido de carbono de los equipos de gas a presión?
500 g de dióxido de carbono son 11,36 moles (1 mol de dióxido de carbono pesa 44,01 g).
1 mol de un gas ideal ocupa en condiciones normales (presión del aire y temperatura normales) un volumen de 22,4 litros, y si esto lo aplicamos a 500 g de dióxido de carbono:
11,36 x 22,4 l = 254,48 l.
Una habitación de 20 m² (4 m x 5 m) con el techo a 2,5 m de altura contiene 50 m³ de aire, lo que equivale a 50.000 litros.
El dióxido de carbono es más pesado que el aire y se concentra por abajo en condiciones tranquilas. 500 g de dióxido de carbono se situarían 1,27 cm por encima del suelo.
Por consiguiente, 2 kg se situarían a una altura 4 veces superior.
Si el CO₂ se mezcla con el aire de la habitación, los 254,48 l de dióxido de carbono en una habitación de 20 m² de altura normal con un volumen de 50.000 l equivaldrían a una concentración de dióxido de carbono del 0,5 %, es decir, estarían dentro del margen de concentración máxima en el lugar de trabajo en una jornada de 8 horas.
Por tanto, no existe un riesgo excesivo que se derive de los equipos de dióxido de carbono a presión usados en acuarios.
No obstante, para manejar el equipo de gas a presión hay que tener en cuenta algunos factores:
1) Las bombonas de gas a presión deberían someterse a revisión de la TÜV cada 10 años.
2) Las bombonas oxidadas, especialmente por la parte del fondo, no deberían seguir usándose aunque tengan un sello válido de la TÜV.
3) No almacene al sol las bombonas de gas a presión, ya que esto aumentaría la presión interior. Normalmente tampoco ocurriría nada en ese caso, ya que las bombonas están diseñadas para soportar una presión de hasta más de 200 bares. No obstante, podría romperse el disco de ruptura, provocando que la bombona se vacíe por completo. En tal caso, no toque la bombona con las manos desnudas, ya que esta se enfría mucho debido a la caída de presión.
JBL ProFlora u500: ¿Cómo puedo desechar mi bombona desechable de CO2?
Puede desechar la bombona vacía con la basura doméstica o en un centro de recogida de chatarra. Lo importante es que la bombona esté completamente vacía.
Después de instalar el equipo de gas comprimido JBL ProFlora no entra ningún CO2 en el reactor. No obstante, la presión de la bombona y la presión de trabajo están dentro del margen adecuado.
Compruebe si la válvula de retención (JBL SafeStop) está bien instalada. Debería ser el último componente antes del reactor y estar orientada con la punta de la flecha mirando hacia el reactor (JBL Taifun).
¿Qué debo hacer para combatir las cladophoras o las rodofíceas de la mejor forma?
1. Los cambios de agua deben aumentarse a aprox. el 30-50 % cada semana.
2. Después de cambiar el agua, es necesario abonar con regularidad, por ejemplo, con JBL Ferropol.
3. En caso necesario, abone a diario con Ferropol 24.
4. Limite el exceso de nutrientes que estimulan la proliferación de las algas —especialmente el fosfato— empleando, p. ej., JBL PhosEx ultra.
5. Lo más importante es el dióxido de carbono. Las rodofíceas y las algas pincel son un indicador de que hay una deficiencia de dióxido de carbono en el agua. Si utiliza un equipo de CO2, será necesario incrementar la dosis. De no ser así, sería recomendable considerar la instalación de un equipo de CO2 como, p. ej., JBL ProFlora u401 o m 601, etc.
6. Introduzca plantas de tallo de crecimiento rápido para que compitan por los nutrientes.
7. De haber mucha corriente, sería conveniente reducirla un poco.
¿Debo tener algo en cuenta cuando manejo bombonas de CO2 comprimido?
Hay que tener en cuenta dos aspectos:
1) Bombona: las bombonas recargables tienen impreso el sello de la Inspección Técnica Alemana (TÜV, por sus siglas en alemán). Esta inspección debe renovarse cada 10 años, y en ella se revisan los fondos de las bombonas por una parte, y por otra, las juntas y las roscas de las válvulas.
2) El dióxido de carbono:
El dióxido de carbono puede ser nocivo dependiendo de su concentración en el aire. Con una concentración de dióxido de carbono del 3-5 % aumentan las frecuencias respiratoria y cardíaca. Otros síntomas son dolores de cabeza, malestar y zumbidos en los oídos. Estos síntomas empeoran con concentraciones de dióxido de carbono del 8-10 % y superiores. Las consecuencias pueden ser espasmos, desmayos, parada respiratoria y la muerte por asfixia.
Una bombona de 500 g contiene 500 g de CO2. Esto equivale a 11,36 moles (unidad de cantidad de materia usada en la Química). Bajo condiciones normales (273,15 K, 101325 Pa), un mol de una sustancia gaseosa tiene un volumen de 22,414 l. De esto se deduce que 500 g de CO2 tienen un volumen de 254,7 l. El CO2 es más pesado que el aire y se acumula en el fondo. En una habitación de 20 m² equivale esto a una altura de CO2 en la habitación de 12,735 mm = 1,27 cm. Si se mezcla completamente con el aire en una habitación de 20 m² y 2,5 m de altura (volumen de 50 000 l), esto equivale a una concentración máxima de gas del 0,5% del volumen, lo cual es muy inferior al volumen que causaría un efecto nocivo.
Si se usan piedras difusoras y el agua circula con fuerza, ¿provoca esto la expulsión del CO2, nutriente importante para las plantas, del agua?
Cuando se airea y/o la corriente es fuerte, se mantiene un equilibrio de gases entre el aire del entorno y el agua. En este caso, en el agua aparece la correspondiente concentración de CO2 que, aunque sea muy baja, no se puede modificar mediante la aireación. NO OBSTANTE, esta baja concentración de CO2 es insuficiente para que la mayoría de plantas de acuario puedan desarrollarse de forma saludable. Por eso, el acuarista debe suministrar CO2 adicionalmente a través de unos sistemas fertilizantes de CO2. De esta manera se alcanza una mayor concentración de CO2, la cual se ve reducida –o expulsada– por la aireación y la corriente fuerte. Por eso, los acuarios bien plantados deberían airearse solo por la noche cuando sea necesario.