JBL Taller de tiburones Bahamas 2018

Tiburones en aguas poco profundas: más emocionante, imposible

Al principio pensé que nada podía superar la experiencia de haber buceado con los tiburones. Hacer snorkel por la popa del barco a tan solo 3 metros de profundidad sonaba más bien aburrido. Pero me picó la curiosidad cuando Erich Ritter dijo que ocurriría algo especial. Abandonamos el sitio de buceo y quedé totalmente asombrado cuando «nuestros» tiburones empezaron a nadar en formación detrás del barco.

Cuando llegamos a aguas menos profundas se habían juntado 20 tiburones detrás de nuestro barco. Un miembro de la tripulación premiaba a los animales echándoles trocitos pequeños de pescado. Los primeros cuatro miembros de nuestra expedición se prepararon para hacer compañía a los tiburones. Robin estaba sentado en la plataforma con las piernas colgando en el agua, y me miró: «Si alguien me hubiera dicho que yo me iba a meter voluntariamente en el agua con 20 tiburones, le hubiera dicho que está chalado. ¡Esto no se lo cree nadie!»

Y se adentró lentamente en el agua para no asustar a los animales. Lo único que debía caer al agua era la comida. Los tiburones le examinaron curiosos, comprobaron que él no olía como los trozos de pescado ni se parecía, y entonces le ignoraron. Solo podía haber cuatro miembros de la expedición en el agua al mismo tiempo. Erich Ritter supervisaba toda la situación y nos recordaba una y otra vez que mantuviésemos una postura vertical y que no nos alejásemos del barco.

Yo me metí también en el agua para hacer fotos y grabar vídeos de toda la situación. El agua estaba totalmente en calma, como en la película «Tiburón». No había un tiburón sino 20, para ser más exactos. En medio, 4 personas haciendo snorkel. Los tiburones nadaban entre ellas y debajo de ellas, y cuando los trozos de comida caían al agua, aceleraban como torpedos hacia la comida. Cuando era posible, los tiburones rodeaban a las personas a muy poca distancia. Si había dos tiburones muy juntos, uno de ellos chocaba con una de las persona que estaban haciendo snorkel.

Incluso cuando los trozos de pescado caían al agua a pocos centímetros de nuestras cabezas, los tiburones no fallaron nunca ni mordieron por error a ninguna persona.

Era fascinante observar una y otra vez lo interesados que estaban los tiburones en los aparatos electrónicos. Cuando estaba buceando era el flash de mi cámara, cuando estaba haciendo snorkel era, p. ej., la cámara de Didier. Un tiburón le pasó por encima del hombro para examinar de cerca la cámara que tenía sujeta al brazo.

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