JBL Taller de tiburones Bahamas 2018

Los primeros encuentros con los tiburones

La mayoría de nosotros ya había buceado con tiburones o había visto alguno mientras hacía snorkel. A todos nos fascinaban los tiburones, pero no se siente lo mismo metiéndote en el agua con delfines que con tiburones. ¡Es increíble lo que han desatado en nosotros películas como «Tiburón»! Todo el mundo tiene en mente que se van a abalanzar sobre nosotros tan pronto como nos metamos en el agua. «No saltéis», dijo Erich. Decía que eso podría espantar a los tiburones o hacerles creer que alguien había tirado al agua un trozo grande de pescado. Podrían acercarse rápidos como un rayo y morder antes de darse cuenta de que eso no era pescado. Por lo tanto, había que meterse en el agua lentamente.

Ocho tiburones de arrecife del Caribe nadan a nuestro alrededor. Tienen un tamaño de entre 1,20 y 2,5 metros de largo. A mi juicio, nadan tranquilos. Todavía no nos han enseñado a interpretar el comportamiento de los tiburones. Lentamente desciendo hasta el fondo arenoso a 12 metros de profundidad. La mayoría de buzos y los 3 aficionados al snorkel siguen en la superficie.

Los tiburones no me han prestado atención y siguen en la superficie con las demás personas. Pero en cuanto los otros buzos también empiezan a bajar, los tiburones también se vienen a más profundidad. Siguen a los buzos como si fueran perros con correas. Y cada vez son más.

Cuando todos los buzos llegan al fondo, los chavales de a bordo dejan caer una cesta con cabezas de pescado atado a una cuerda. Los tiburones empiezan a moverse, se acercan a la cesta e intentan pillar trozos de pescado de la cesta de plástico. No pueden romper la cesta, pero sacudiéndola salen trozos pequeños de pescado. La rivalidad por la comida hace que los animales se empujen unos a otros alrededor de la cesta, y todos intentan llevarse más que su vecino.

Cada vez me acerco más con la cámara a la cesta de comida y estoy en medio de los tiburones, que me rozan y empujan porque les estorbo. Sin embargo, no me muerde ni un solo tiburón. Me siento más bien como un obstáculo. Las fotos salen fantásticas y es una experiencia única. Erich Ritter ha observado toda la escena y me dice más tarde: «Si no has hecho ninguna foto buena de los tiburones, entonces mejor que te busques otro hobby, ¿no?» ¡Y tiene razón!

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El lenguaje corporal de los tiburones

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